Se considera la última etapa del desarrollo humano que va desde los 65 años hasta el fallecimiento. Acontecimientos como jubilación, enfermedades crónicas, limitaciones en autonomía, pérdida del cónyuge y seres queridos pueden provocar diferentes síntomas:
- QUEJAS, IRRITABILIDAD, HOSTILIDAD
- TRISTEZA, DECAIMIENTO, APATÍA
- AISLAMIENTO SOCIAL
- SENSACIÓN DE FRACASO, INUTILIDAD
- MIEDO Y ANSIEDAD
La mayor esperanza de vida, a partir de cierta edad, va asociada en muchas ocasiones a situaciones de dependencia y por tanto, la necesidad de recibir apoyo y cuidados de forma continuada. OMS
Generalmente es en esta etapa cuando surge la figura del cuidador. Los cambios en la vida de esta persona y la sobrecarga puede derivar en problemas físicos y emocionales:
- IRRITABILIDAD, IRA, AGRESIVIDAD
- DEPRESIÓN, ABATIMIENTO, SENTIMIENTOS DE CULPA
- INQUIETUD, ANGUSTIA, DESESPERACIÓN
- DIFICULTAD PARA DORMIR
- ASILAMIENTO SOCIAL
- DIFICULTAD EN LA CONCENTRACIÓN Y MEMORIA