Cuando explico en consulta las relaciones que mantenemos, suelo poner el ejemplo del deporte del piragüismo. No hace falta ser un atleta profesional de este deporte, solo con haberlo practicado una vez, nos podemos dar cuenta que los siguientes aspectos son importantes:
- Remar en la misma dirección
- Remar con sincronía
- Remar con esfuerzo constante
- Remar disfrutando y siendo consciente de las vistas
- Remar salvando los escollos que nos encontramos
- Remar y buscar un lugar de descanso para reponer energía
- Remar y ser capaz de mostrar curiosidad
Si vamos con algún hijx: Remar sabiendo que un menor tiene necesidades diferentes
Ahora bien, ¿Y si lo llevamos a nuestra relación de pareja?
- ¿Sentimos que vamos en la misma dirección? ¿cómo nos reconducimos si no es así?
- ¿cómo volvemos a sintonizarnos para poder ir al mismo ritmo?
- ¿dejamos que solo reme unx? ¿siempre es el mismx? ¿Igual alternamos periodos?
- ¿qué recursos ponemos en marcha para salvar las dificultades que se nos presentan?
- ¿somos capaces de estar en el aquí y el ahora? ¿O solo buscamos llegar a una meta?
- ¿Cuál es nuestro lugar de descanso? ¿Cómo cogemos de nuevo energía para seguir?
- ¿Somos conscientes que nuestrxs hijxs van con nosotrxs? ¿Igual es mi hijx quien rema por nosotrxs? ¿Igual mi hijx rema en sustitución de otro adulto?
Así es, sería conveniente que de vez en cuando nos pudiéramos parar a plantearnos y darnos respuesta a estas preguntas. Serán nuestras emociones las que nos vayan indicando cómo nos sentimos:
- Si estoy cansadx por remar siempre.
- Si me da miedo quedarme a remar solx.
- Si me enfada y frustra ver qué aún remando en la misma dirección, no logro sentirme bien.
- Si me siento triste, lo que puede indicar que ya llevo un tiempo elaborando duelos sobre nuestra forma de remar.
Hoy puede ser un buen día para esta reflexión….sino, otro día podéis a volver a ello. No hay prisa. Pero cómo siempre digo, hacer las cosas con consciencia nos hace libres.