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Como superar la ansiedad

Taquicardia, presión en el pecho, dificultad para respirar, sensación de ahogo, mareo, ganas de vomitar…¿quién no ha experimentado estas sensaciones alguna vez en su vida?. Suelen venir acompañadas de un pensamiento específico tipo “y si…..” (“¿y si esto es un infarto?”, ¿y si me deja?”, “¿y si no lo estoy haciendo bien?”, “¿y si no consigo superarlo?”, etc.

Son señales muy primitivas de nuestro cuerpo que se ponen en marcha cuando sentimos que nos encontramos en peligro. Están al servicio de nuestro sistema nervoso simpático para poder dar una respuesta de lucha ó huida. Por ello, si podemos estar en conexión con nuestro cuerpo y nuestra mente, enseguida identificaremos el motivo de nuestra sensación para poder regularla y dar una respuesta útil.

En otras ocasiones, si nadie nos ha enseñado cómo hacerlo ó bien nos acompaña desde mucho tiempo atrás, las propias sensaciones corporales se tornarán peligrosas en sí mismas y por tanto seguirá aumentando los síntomas. Lo solemos llamar miedo al miedo.

En este caso, las sensaciones pueden ser de un nivel muy intenso, incluso podemos llegar a sentir despersonalización (alteración sobre nuestro propio cuerpo) así como desrealización (alteración de la percepción del mundo exterior). Asimismo, podemos llegar a experimentar disociación (desconexión de la mente en el momento presente).

¿Cómo calmar la ansiedad?

  • Identificando detonadores: si logramos observar situaciones, relaciones, recuerdos, sensaciones que activan los signos de ansiedad, estaremos realizando una gran labor para poder conocer qué nos hace sentir en peligro. De esta forma podremos elaborar diferentes actuaciones.
  • Elaborar un listado de recursos que puedan ayudar a calmar nuestro sistema nervioso: hacer ejercicio, música, actividades manuales, meditación, etc…todo aquello que pueda poner a salvo nuestro cuerpo en el momento presente. La finalidad es poder construir nuevas redes neurales que puedan descondicionar la respuesta automática de ansiedad.

¿Cómo superar la ansiedad?

Hoy en día ya sabemos que la regulación emocional comienza en la primera infancia, donde se construyen los primeros vínculos. De ahí, que un trabajo personal sobre nuestras relaciones así como la forma de interpretar el mundo, sea un aspecto muy importante para poder manejar la ansiedad. En muchas ocasiones puede deberse a situaciones que han acontecido en momentos pre verbales de nuestra historia (de ahí que nuestra memoria no alcance de forma consciente). Lo que sí sabemos es que el cuerpo tiene una memoria (llamada memoria somática) que reacciona de forma adaptativa. Muchas respuestas de ansiedad fueron necesarias en el pasado para poder sobrevivir alguna situación o relación pero ya no es necesaria en el presente y sin embargo seguir activa. Aquí es donde un trabajo de psicoterapia basado no solo en pensamientos sino también en trabajo corporal (EMDR y terapia sensoriomotriz) puede ayudarnos a superarla y entenderla.

¿Cómo tratar la ansiedad?

Lo primero que solemos realizar es un proceso de evaluación a través del cual iremos perfilando hipótesis sobre el origen y mantenimiento de la ansiedad en una persona.

Solo desde la COMPRENSIÓN del síntoma podremos llegar a una buena intervención.

En muchas ocasiones, nos urge “hacer desaparecer” la ansiedad porque llegados a este punto suele ser muy limitante. Sin embargo, si no la entendemos, lo único que haremos será empeñar técnicas para reducirla pero no llegaremos a identificar la funcionalidad de la misma en nuestras vidas.

La toma de conciencia en nuestra forma de trabajar es la mayor herramienta que podemos brindar a una persona. A partir de ahí, el camino se vuelve más llevadero. Incorporar estrategias para aliviar cuadros de ansiedad a través de nuestra conexión con nuestro sistema nervioso será cuestión de entrenamiento y tiempo. Cada unx de nosotrxs posee verdaderos recursos que suelen estar a la sombra cuando una sensación muy elevada logra invadirnos. De ahí, que trabajemos en el “rescate” de estos recursos. Así, estaremos apelar a la gran capacidad de la RESILIENCIA para prevenir futuras recaídas.